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Cervicalgias que no ceden: ¿has considerado el reflejo oculocardíaco?

El tratamiento de la cervicalgia es uno de los motivos de consulta más frecuentes en fisioterapia. Sin embargo, no todos los casos evolucionan de la misma manera. Hay pacientes que, a pesar de aplicar diversas técnicas manuales, movilizaciones y ejercicios, siguen presentando dolor, rigidez o sensación de bloqueo. En estos casos, puede que estemos dejando fuera del abordaje un factor clave: la influencia del sistema nervioso autónomo y, en particular, el reflejo oculocardíaco.

Más allá del tejido: una mirada neurofisiológica

El reflejo oculocardíaco es una respuesta involuntaria del sistema nervioso autónomo que se activa ante la estimulación del globo ocular. A través del nervio trigémino (V par craneal) y el nervio vago (X par craneal), esta activación puede producir una disminución del ritmo cardíaco y una activación del sistema parasimpático. Aunque este reflejo se conoce sobre todo en contextos de cirugía ocular, su expresión también puede darse de forma más sutil en la vida cotidiana y, especialmente, en personas con una sensibilidad aumentada.

En algunos pacientes con cervicalgia crónica, el componente neurovegetativo puede estar perpetuando el síntoma. Por ejemplo, una hiperactivación del simpático puede mantener la musculatura cervical superior en un estado de tensión continua. En este contexto, el trabajo sobre estructuras puede no ser suficiente si no se aborda también el sistema nervioso.

Relación entre la zona cervical alta y la esfera craneal

La región cervical alta (C0-C1-C2) está estrechamente relacionada con estructuras neurológicas, fasciales y vasculares. Es común que pacientes con disfunciones en esta zona también presenten síntomas como:

  • Mareos o inestabilidad
  • Opresión torácica
  • Palpitaciones
  • Sensación de «cabeza cargada»
  • Dolor retroocular o visual

Estas manifestaciones pueden estar conectadas a reflejos como el oculocardíaco, que activan circuitos neurovegetativos de forma inconsciente. Si el paciente tiene antecedentes de trauma craneal, cirugías oculares o situaciones de alto estrés, es más probable que estos circuitos estén sensibilizados.

¿Cómo evaluar la posible implicancia del reflejo?

La exploración de este reflejo no busca provocarlo directamente, sino identificar su posible activación latente. Algunas pistas clínicas incluyen:

  • Cambios en la frecuencia cardíaca o respiratoria al trabajar la región cervical alta o la base del cráneo.
  • Reacción de malestar o ansiedad al tocar zonas como el occipital o las órbitas oculares.
  • Mejora general tras intervenciones sutiles en la zona craneal o facial.

Una buena práctica clínica es observar la respuesta del paciente ante un contacto suave en la región periorbitaria o realizar intervenciones que inviten al sistema parasimpático, como la respiración guiada o el anclaje a zonas de seguridad.

Intervenir desde lo sutil para desbloquear lo profundo

Si se sospecha la participación del sistema nervioso autónomo, el abordaje terapéutico debe ser especialmente cuidadoso. Las técnicas invasivas o excesivamente estructurales pueden aumentar la sensación de amenaza corporal y reforzar el circuito de defensa. En cambio, trabajar desde la sutileza y la regulación puede abrir vías inesperadas de mejora.

Entre las estrategias más efectivas están:

  • Contacto suave en el cráneo y la cara
  • Liberación del diafragma y el esternón para apoyar la respiración
  • Visualizaciones que permitan al paciente contactar con zonas de calma
  • Respiración guiada en decúbito supino, con atención en la zona cervical y craneal

Estas intervenciones ayudan a desactivar reflejos de defensa automáticos y a restablecer la autonomía corporal. Además, devuelven al paciente la sensación de seguridad, muchas veces ausente en los cuadros crónicos.

Ejemplo clínico

Una paciente de 42 años con cervicalgia crónica, mareos y ansiedad refería sensación de «presión en la cabeza» al tumbarse boca arriba. Había pasado por diversos tratamientos manuales sin resultados estables. En consulta, se observó que al realizar un contacto muy suave en la frente y zona orbitaria, su respiración se detenía y su pulso se alteraba.

Tras varias sesiones centradas en contacto suave, regulación respiratoria y trabajo con visualizaciones de apoyo, la paciente comenzó a experimentar alivio progresivo del dolor, mejora en el sueño y disminución de los episodios de ansiedad. El foco no estuvo en la manipulación, sino en la creación de un entorno fisiológico seguro.

Conclusión

Las cervicalgias que no ceden invitan a mirar más allá de lo estructural. El reflejo oculocardíaco es solo una de las muchas vías a través de las cuales el sistema nervioso puede estar involucrado en el mantenimiento del dolor. Si quieres profundizar en estas relaciones y aprender a intervenir desde lo neurovegetativo y lo sutil, te recomendamos el Curso Top Ten de Reintegra, donde se exploran estos mecanismos y se entrenan habilidades clínicas para una fisioterapia más sensible y eficaz.

Septiembre 03, 2025

Septiembre 03, 2025

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